Portadores
de estandartes libertarios, los mambises del presente acompañaron al pueblo de
la villa en el homenaje que recuerda el decisivo hecho de armas.
Las
nuevas generaciones confirmaron la lección de unidad legada por aquella tropa,
mezcla de negros, mulatos y blancos, capaces de materializar tan asombrosa
proeza militar.
La
voz del arte reflejó el arraigo del pueblo a sus tradiciones mambisas, y la
huella inmortal del General Antonio en esta tierra del occidente pinareño.
Calificado
como el hecho militar más brillante del siglo XIX en Cuba, la invasión marcó el
declive del poderío militar español en la isla y la iniciativa permanente de
las armas cubanas.
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